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Jaeger-LeCoultre «Gyrotourbillon 3»

LA UNIÓN DE UN METEORITO CON LA ALTA RELOJERÍA:
JAEGER-LECOULTRE PRESENTA UNA NUEVA VERSIÓN DEL MASTER GRANDE TRADITION GYROTOURBILLON 3 QUE COMBINA LOS OFICIOS ARTÍSTICOS TRADICIONALES CON LA NOVEDAD ARTESANA DE LAS INCRUSTACIONES DE METEORITO

Con los valores fundamentales de La Grande Maison por bandera, Jaeger-LeCoultre presenta una nueva versión del Master Grande Tradition Gyrotourbillon 3 que fusiona la proeza técnica de su característico tourbillon multi-ejes con la artesanía más sobresaliente.

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El reloj Master Grande Tradition Gyrotourbillon 3 de Jaeger-LeCoultre vio la luz por primera vez en 2013, como celebración de los 180 años de creación de la Maison. Al combinar una interpretación de tercera generación del Gyrotourbillon con un intrigante y extraordinario cronógrafo digital de visualización instantánea, materializaba la más alta sofisticación mecánica.

Aun así, Jaeger-LeCoultre aspiraba a más. Como resultado, la nueva, preciosa e inusual versión del Gyrotourbillon 3 aprovecha las excepcionales habilidades de los artesanos de los Métiers Rares® (Oficios extraordinarios) de la Manufactura para trascender a un nuevo nivel. Además de diversos elementos en la esfera que hacen gala de Métiers RaresTM (Oficios extraordinarios) como el guilloché hecho a mano, el grabado y el esmalte Grand Feu, este nuevo modelo presenta también inusuales incrustaciones de meteorito.

En el lateral de la esfera, las enigmáticas formas geométricas del meteorito gris plateado se complementan con el sutil brillo de la aventurina azul intenso y el resplandor del esmalte Grand Feu blanco puro. La calidez y la riqueza de los detalles de la esfera y la caja de oro rosa subliman la armoniosa interacción de materiales, formas y color.

El meteorito Gibeon, seleccionado para la elaboración de la pieza, fue hallado en Namibia y se trata de una aleación de hierro y níquel con una estructura de cristal octaédrica. Se formó al enfriarse un fragmento de asteroide durante miles de millones de años en el espacio, antes de alcanzar la Tierra en la prehistoria. La geometría abstracta e irregular de las estructuras de cristal cruzadas brilla delicadamente al recibir la luz del sol, causando que cada fragmento del meteorito se distinga ligeramente de los demás.

Además de la incrustación de meteorito en los puentes de alpaca, la esfera que indica la hora, rodeada de un anillo de aventurina con índices aplicados, también alberga un disco de meteorito en el centro. En el cronógrafo, un anillo con esmalte Grand Feu blanco rodea un disco de aventurina con indicación de los segundos transcurridos. El indicador día/noche incluye una placa con las 24 horas y dos semicírculos de oro aplicados, uno para el día y otro para la noche. La sección del día es blanca y está decorada con guilloché hecho a mano, rayos de sol grabados a mano y un sol de oro rosa pulido aplicado. La de la noche, presenta una luna creciente y estrellas de oro rosa pulidas aplicadas sobre un fondo azul oscuro.

Las capas de estas tres esferas superpuestas, asimétricas pero en perfecta armonía, aportan profundidad visual al rostro del reloj y, exceptuando la tentación de observar el movimiento de reojo, atraen irremediablemente la mirada hacia el tourbillon que gira en el espacio, sin apoyos visibles inmediatamente.
Es en la parte trasera del movimiento donde el meteorito adquiere su auténtica importancia. Una fusión viva pero sutil de color y textura (tornillos azulados, rubíes, el aspecto brillante de los puentes, las platinas y las perforaciones de joyas martilladas y pulidas a mano y el acabado mate del exterior cepillado de las platinas de alpaca) hace juego con las formas geométricas abstractas del meteorito, que adornan todas las platinas y puentes.

La inscrustación de meteorito, habilidad dominada por solo unos pocos artesanos en todo el mundo, requiere gran destreza y precisión. En primer lugar, se debe ahuecar la superficie de la platina o el puente de alpaca hasta la profundidad que coincida exactamente con el grosor del fragmento de meteorito, y se dejará únicamente un borde fino de alpaca en el exterior. Tras el pulido de la nueva superficie, se incrusta el meteorito de manera que sus extremos encajen a la perfección y queden completamente alineados con el borde complejo y curvo, para componer una superficie completamente plana y unificada. Esta labor, que se realiza en fracciones de milímetro, exige un refinamiento y una precisión superiores.

Tal minuciosidad se agrega a la sobresaliente exactitud del mecanismo Gyrotourbillon. Extremadamente inusual y complejo, este tourbillon multi-eje cuenta con dos jaulas en dos ángulos diferentes que giran en sentidos opuestos a diferentes velocidades, con un volante esférico azulado que late en el centro como si de un corazón se tratase. Al no haber puente de tourbillon, las jaulas voladizas del Gyrotourbillon 3 elaboradas enteramente en aluminio parecen estar suspendidas en el aire.

El movimiento de cuerda manual, calibre 176, incorpora un cronógrafo plenamente integrado que indica los segundos en una esfera redonda tradicional y los minutos transcurridos en un contador digital saltante instantáneo.
El nuevo Master Grande Tradition Gyrotourbillon 3 «Meteorite», diseñado y elaborado para los auténticos conocedores del arte y la mecánica, encierra la mayor expresión de los códigos de Jaeger- LeCoultre.

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