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Diez Mil Botellas

No recuerdo cuando fue la ultima vez que un maridaje con un puro me resulto tan acertado. Sobretodo cuando siempre he preferido bebidas menos potentes durante el disfrute de un gran puro. La cerveza o un buen Gin Tonic siempre han sido mi preferencia cuando con un puro. Siempre para aliviar y en casos hasta lavar la boca. Ya por costumbre he obviado sistemáticamente la manera tradicional (más British…) de consumir un puro… que es acompañarlo con un Coñac o un Brandy. Este maridaje me resultaba demasiado intenso para castigar la lengua con dos factores tan potentes al mismo tiempo. En muchos casos la combinación de ambos hasta impide el disfrute completo de ambos. Esto era hasta que me tope con una botella de «Diez Mil Botellas» de  XIMÉNEZ-SPÍNOLA.

Reacio al principio, y teniendo ya un puro empezado accedí a probar el ofrecido caldo. Resultado inicial… sorprendente, sensacional. Sin paliativos. Hace mucho tiempo que un Brandy no me «muerde» la lengua! Al contrario que muchos licores que tienden a agredir el paladar, por muy buenos y prestigiosos que sean, este «Diez Mil Botellas»  es sublime, delicado, fresco y lo que llaman los Franceses… redondo. No mata el puro, lo acompaña y hasta elimina defectos menos agradables como la astringencia. No soy enólogo pero si se reconocer cuando algo es bueno y cuando lo es, me gusta decirlo.

Una vez ya sorprendido, me inquieta saber más sobre este sorprendente caldo. Me encuentro con una bodega de amplio prestigio y pequeña produccion. La botella se llama «Diez Mil Botellas»  y como su nombre indica, todas ellas están limitadas y numeradas en esa justa cantidad. Cantidad anual que es sin lugar a duda una garantía de calidad.

Volviendo a mi botella «2676», esta es sorprendentemente agradable y no recuerdo nunca haber podido disfrutar de un alcohol de 40º sin la sensación y de que me acaba de dar un tirón en la garganta.

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La uva Pedro Ximénez es muy predominante. Encima de la lengua este Brandy es fresco y suave. Según ellos;

OLFATIVA: En nariz intenso pero no pesado, con aromas que recuerdan a la pasa y a la ciruela, propios del envinado de los toneles en que se envejece. La persistencia del aroma se debe básicamente a la oxidación, siendo una fragancia elegante y de intensidad nada agresiva.

GUSTATIVA: En boca mantiene un equilibrio sereno, dejando apreciar la calidad del destilado original envejecido. Retrogusto sutil de dulcedumbre natural que ayuda a limar las aristas alcohólicas, hasta hacerlas casi imperceptibles. Mantiene toques intensos de una madera envolvente que no aporta amargor y lo hace especialmente agradable al paladar. Invita a seguir bebiendo ya que tampoco quema en la garganta a pesar de sus 40% de alcohol.

Como ya dije antes, no soy enólogo y no me veo capacitado de desglosar todos los matices de este gran Brandy. Lo que si se es que este es una autentica delicia acompañando un puro. Y de eso si que se…

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En este caso, la excepcionalidad de este Brandy me ha hecho el viaje a revés. Lo que empezaba como una review de un puro ha acabado como una cata de un Brandy . En vez de acompañar el puro con el Brandy, lo que he hecho es acompañar el Brandy con el puro. My propuesta es en este caso el Trinidad «Topes 2016». Grandísimo puro que casa con la uva Pedro Ximénez como un guante. De hecho, cada vez que abro la caja de Topes 2016 me sorprende un fuerte aroma a fino u oloroso que tiene este puro.

Como decía unir estos dos no causa una sobrecarga como es de esperar. El puro es de 8 sobre 10 y el XIMÉNEZ-SPÍNOLA es una revelación. La hora pasa volando. En resumen, no recuerdo nunca haber disfrutado tanto una combinación Brandy-Puro como esta.

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XIMÉNEZ-SPÍNOLA

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